Abrazados a nuestros hijos.

Estaba en la tribuna junto al Chiquilín, Ruben y Mario Toscano.
En esa misma tribuna las nuevas generaciones, acompañadas de papelitos, banderas, camisetas y tambores, comenzaban a ser testigos de un momento histórico y glorioso en la vida del Waston y sus hinchas.Aquello que nuestra generación no había podido disfrutar, lo iban a poder hacer nuestros hijos.
Veo al Penna con su hija en los hombros, al “Cabra” Aulet con sus hijos y su nieta!!!, a los que no son amigos pero si conocidos y vecinos de toda la vida, también con sus hijos y nietos. Veo a los veteranos, luchadores de mil batallas, con una sonrisa en sus labios y lágrimas en sus ojos, el “Pancho” Miguez disfrutando “de queruza”, Cabrera y su matraca, y otros, y otros.
Pasan por mi mente las imágenes de decenas de hinchas que ya no están, que hubieran disfrutado este momento, y los simbolizo a todos ellos en la figura del “Sapito” Castrillón, jugador y pico y mucho mejor persona.
Y baja el Dale Campeón, y largamos el “Qué Brille Nuestra Casaca” y se prende la bengala que corona la consagración. Cierro los ojos y pasan por mi mente tantos partidos ganados y perdidos, ascensos y descenso, buena y malas y los abro y me encuentro abrazado a mis hijos.
Por todos esos momentos, por todas esas personas, por toda esta alegría, es que este momento de gloria se lo dedico a nuestros hijos.
Ah, y a los hijos nuestros también.

SALÚ CAMPEON.
H.T.